Maians, una marca de calzado con el nombre de la Juana de Arco de las islas

Modelo de la marca de calzado Maians

Ha tenido que ser una bloguera canadiense como Ann Mailsi, empeñada en predicar desde su atalaya 2.0 sobre las excelencias del calzado español, para que Dorita se diera de bruces con la marca de calzado Maians y dijera eso de «guau». Sí, una expresión homóloga a la gala «ohlalá».

Así que «ohalalá» y «guau», «¿estudias o trabajas?», todo esto para dejar sentado que a mí la colección de Maians me gusta un montón, puesto que es justo uno de sus modelos lo que pedirían calzar mis pies si les pidiera audiencia antes de decidirme por un par de zapatos. Y aquí viene un queso del Trivial para las que estéis atentas y no os paséis directamente a degustar con los ojos los modelos de la marca: ¿por qué se llama Maians? Queridas niñas, aquí va la explanation. Maians era la isla que existía antes de que a Barcelona, allá por el siglo XV, le entraran las ansias playeras y decidiera engullirse el islote -porque más bien era un islote sin el rango auténtico de isla-. Ahora, sobre su cadáver se hallan el Pla de Palau y la estación de França. Parece que, la pobre, se sacrificó por su Barcelona cual Juana de Arco de las islas, ¿verdad?

Isla de Maians

¿Y de dónde viene la marca Maians? ¿Quienes son su padre y su madre? ¿Los conozco? ¿Son de buena familia? Bueno, pues la estirpe de los Maians procede de Barcelona, aunque sus modelos se urden en Arnedo (La Rioja). En definitiva, el cerebro razona desde la capital condal, mientras que el corazón bombea zapatos desde la urbe riojana. De hecho, su diseñador es Alfonso de la Fuente, él encarna la principal neurona de ese cerebro atareado que tiene, además, a la playa de la Barceloneta como musa de sus colecciones.

Además, sus diseños se realizan en caucho vulcanizado. Eso de «vulcanizar» significar calentar el caucho con azufre a fin de obtener un calzado duro y resistente, a la par que requebonito y ultracómodo. ¿Qué te parece? Ahora vayamos presentando a esos posibles novietes-partidazos que tenemos en Dorita para los pies otoñales, pues el otoño detesta las sandalias, así que aquí va una buena remesa de zapato para pisar hojarasca.

Y, por supuesto, estamos ante una entrega más de zapato 100% artesanal. ¡Vivan los artesanos y muerte a la fábrica! Suena un poco Germinal, pero sí.

Parecidos razonables entre Chewbacca y algunos modelos de Pura López

Botines de tacón alto con ante de Pura López

pura lópez zapatos flecos

Pura López debería de saber que a veces los flecos no nos dejan ver el bosque. Y lo decimos porque se ha pasado con el ingrediente flecudo y su colección de otoño/invierno no se apea de tanto Buffalo Bill y rodeos en Texas. ¿No os parece que a doña Purita le urge una cita con el peluquero para ver si le recorta el flequillo?

Por lo demás, su colección se nutre de despampanantes botines de serraje blanco, cuñas innovadoras, piel nude, zapatos de tacón con charol y, sobre todo, se ha dado un atracón de blanco en su nuevo muestrario. Algunos modelos parecen estrellas del Hollywood clásico reencarnadas en zapatos…

Por supuesto, Pura López sigue encaramada a sus tacones tipo rascacielos y ni atisbo de llanuras en ella. Por cierto, no os perdáis su colección enfocada a las del «sí, quiero» con rasos blancos, cristales de swarovski y lazos para amenizar esos pies enamorados.

En definitiva, salvo la depilación que debe practicarse Pura López para extirpar esos flecos made in Chewbacca, todo parece ir bien bajo el sol de este Elche de donde la marca es oriunda.

Si es que ya sabéis que nos gustan los zapatos, pero más aún el sentido del humor. Buscad los zapatos de Dorita en Facebook.

Botas de cuña en ante de Pura López de su colección de otoño/invierno
¿Chewbacca?

Botines de tacón de Pura López de serraje nude

Botines de cordones de Pura López

Botines altos de Pura López. Ideales para Cruella de Vil

Dando la bienvenida al calcetín y a la media con El Naturalista

Un zapato con reminiscencias alpargateras y listo para la cosecha

Bueno, pues ya está bien de hibernar o veranear, pues al final ya no se sabe exactamente en qué deviene el verano… De modo que en los zapatos de Dorita volvemos ya con los ojos bizcos de tanto mirar y remirar en los catálogos de las marcas que ya empiezan a asomar el palmito por los escaparates.

Así que es hora de meter en el calcetín o en la media a nuestros adorados pies y decirles eso de que llega la bota, el botín y el zapato cerrado. Puede que todavía se resistan, pero acabaremos metiéndolos en cintura.

De modo que para abrir boca, empezaremos con la marca de calzado El Naturalista. Una marca riojana con desvelos ecológicos e incapaz de facturarnos un otoño soso y sobrio. De hecho, su nueva colección de otoño/invierno irrumpe con ganas de procurarnos paseos otoñales, comodidad y pisadas «trendy» pero concienciadas con un mundo ultrajado por el CO2 y los materiales contaminantes.

Si te chifla la Tierra que habitas, entonces deberías enrolarte en la causa de unos zapatos como El Naturalista que, eso sí, quizás tengan un precio algo caro, pero sus modelos se alían con la calidad, la modernidad, la comodidad y sirven para confeccionar un fondo de armario zapatero que te puede acompañar durante años, sin que te pese su compañía (pues son bonitos a rabiar).

Además, no sólo piropean a la Naturaleza en cada uno de sus trabajos, sino que también le echan un mano a la sociedad. Así, dedican un 2,14% de los beneficios a proyectos sociales.

En fin, se acabó al agasajo a una marca que trabaja en tres frentes: el de la moda, la ecología y la sociedad.

Os dejo con sus modelos de calzado para esta temporada de otoño que ya empieza a pulular por los escaparates más tempraneros.

Desde luego, son ideales para consolarse por un Madrid 2020 fallón e ideales para emprender el camino a Tokio e inaugurar así los «felices años 20» del siglo XXI.

Zapatos El Naturalista, nueva colección otoño/invierno 2013

Modelo de bota de la nueva colección otoño/invierno 2013 de El Naturalista

Botines de El Naturalista para un otoño que empieza

Bailarinas de El naturalista. El modelo se llama «El viajero».